Vacaciones! Pero en el trabajo de mamá o papá

Categoría: Reportajes Publicado el 08 Agosto 2017
Escrito por Super User

*Dejan actividades escolares para irse al trabajo con papá o con mamá
*También en los meses de julio y agosto sube un menor hasta cinco kilos de peso

Veracruz, Ver. 07 de agosto del 2017.- No todos tienen una abuela o una tía quien los cuide, en otros casos no hay dinero suficiente que permita que asistan a clases de natación o salir de vacaciones en familia.
Y es que las tan esperadas vacaciones de verano para los niños en muchas ocasiones no suelen ser tan "fantásticas", "espectaculares", o "divertidas" como lo habían imaginado; la situación económica orilla a que cada vez más miembros de la familia, incluso personas de la tercera edad, tengan que salir a buscar el ingreso económico que permita contribuir al gasto familiar.
Y es así como los pequeños dejan por mes y medio las actividades escolares para acoplarse al horario laboral de sus padres, quienes hacen rol de agenda y contemplar que días pueden llevarlo a su espacio de trabajo.
Nuria tiene diez años de edad, terminó el cuarto grado de primaria con promedio por arriba de nueve, todavía no tiene cuenta de Facebook, como algunos de sus compañeros, así que estas vacaciones de verano, desconoce si sus compañeros salieron de la ciudad o fueron a un curso de verano, a ella lo que le interesa es llegar temprano al local que tienen su tía en el mercado Miguel Alemán Valdez en el paseo del Malecón para empezar a acomodar las playeras, collares, aretes y otros productos que despiertan la curiosidad del turismo que llega a Veracruz.


"No hay con quien dejarla"...


"Mi mamá ya es una persona grande y no hay quien dejarla" fueron las palabras de la señora Imelda Leal, tía de Nuria, que con un poco de desconfianza al principio, relata los motivos por los cuales su sobrina le acompaña en sus 10 horas de jornada laboral".
"Me gusta acomodar la mercancía, las pulseras y los collares", dice entre risas Nuria mientras la gente se acerca a ver la bisutería hecha con concha de mar que acaba de acomodar para la venta y claro, de vez en cuando, le dan una "gratificación" por ayudar en el negocio.


Al preguntarle si le gustaría estar en la alberca o haciendo otro tipo de actividades con una sonrisa dice que no, ya que por las tardes el paseo del Malecón de Veracruz se convierte en su área de juegos, donde los patines y en la compañía de otros niños hace lo que mejor le sale, jugar.


"A todos mis hijos los eduque así, a mí me abandonó mi esposo y a mis hijos me los traía al puesto a que me ayudarán, aparte porque no había con quien dejarlos, a mis cuatro hijos los eduque así y no les ha pasado nada malo. No le voy a decir que tengo los hijos ejemplares pero tampoco tengo malvivientes, pero siempre conmigo, si querían dormir ahí les tendía una colchonetita y ahí los acostaba, pues uno pobre y hay que trabajar y con las pocas ventas que hay no hay tiempo ni dinero para salir a pasear".

 

Ya son otros tiempos....


Cerca del lugar en donde se encuentra Nuria, está Julián a quien en esta ocasión le tocó ir al "puesto" con su papá.

El señor Roberto Froylan, padre de Juliá, manifiesta que la situación económica no le permite pagar un curso de verano para su hijo, una deuda que tiene pendiente con él desde que iba en segundo de primaria, recién concluyó el quinto año de primaria.
"Me salió bueno para la escuela, pero por una cosa u otra no tenemos dinero, cuando llega el verano se junta con el regreso a clases y mejor optamos por comprar la mochila, el uniforme, los zapatos y lo que haga falta, además mandarlo a él implica que también mandemos a su hermano quien se va con mi esposa a su trabajo, mínimo son dos mil pesos lo que gastaríamos por los dos".
La violencia que se vive en la ciudad es uno de los factores por los cuales no los dejan solos en la casa "Y es que uno nunca sabe, por donde va entrar la desgracia"...

"Ya no se puede ni pedir al vecino que les eche un ojo, ya ve luego lo que pasa o qué tal si se queman o se cortan, mejor cada quien agarra a uno y se lo lleva al trabajo", dice en tono serio.


Solo mil pesos por tres semanas.


Los cursos de verano también se han tenido que adaptar a las nuevas necesidades de entretenimiento de los niños, la demanda que anteriormente tenían los cursos de inglés y computación, o clases de regularización, se han visto rebasadas por las clases de repostería y cocina infantil, robótica, natación, donde el costo oscila en mil pesos con una duración de tres semanas o aprender sobre el mantenimiento de animales, de la biología de los peces y de los organismos en exhibición como los que se imparten en el Acuario de Veracruz y que cuesta 1,750 pesos durante diez días hábiles.
Pese a que el ábanico de opciones es variado, como los que ofrece el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH, conformado por presentaciones artísticas y la enseñanza esgrafiado, dibujo y esténcil o el de bombero a cargo de la dirección municipal de Protección Civil con una mínima aportación, no despiertan el mismo entusiasmo entre los pequeños.
Sandra Mijangos, madre de dos niños contó con el dinero necesario para que sus hijos fueran a clases de natación.
"Es el curso que mejor me quedaba para pasarlos a dejar antes de ir al trabajo y regresar por ellos a la hora de la comida, además en la tarde se quedan con mi hermana pero como están cansados por todas la actividad física que hacen en día, entonces casi no andan inquietos".


Se incrementa el gasto familiar.


La falta de actividad escolar también repercute en el gasto que habitualmente se tiene asignado para el gasto familiar y es que las visitas a la cocina o a la tienda de la esquina son constante.
Contrario a lo que la mayoría de las personas piensan que solo en temporada decembrina se sube de peso, esta situación también se presenta en este periodo vacacional, especialistas en nutrición aseguran que un niño sin actividad física puede a ganar hasta cinco kilos de peso, por eso recomiendan que no es necesario que estén inscritos en alguna actividad deportiva, con el simple hecho de acompañarlos por las tardes a jugar al parque les ayudará a mantenerse en el peso y en algunos casos no hacer gasto extra en la compra de uniformes escolares.
Faltan poco menos de quince días para el regreso a clases, y algunos pequeños guardan la esperanza de que el fin de semana puedan ir a la playa o la alberca con su familia, por su parte, algunos padres no descartan que al menos esa satisfacción les pueda brindar a su hijos como recompensa por su buen desempeño académico y que permita la convivencia familiar..
Patricia Aguilar/Ecos de Veracruz.