EL ACUEDUCTO SUBTERRÁNEO HACIA SAN MIGUEL DE PEROTE Y LA FORTALEZA ABALUARTADA DE SAN CARLOS

Categoría: Reportajes Publicado el 13 Junio 2022
Escrito por ecos


Texto/Imagen:
L.C.C. Mario Jesús Gaspar Cobarruvias *
(Versión publicada el 4 de enero de 2017 y actualizada el 25 de agosto de 2021)
Desde la Edad Antigua (4.000 a. C. - 476 d. C.) se han desarrollado en las diferentes civilizaciones del planeta, ingeniosos sistemas para surtir de agua constante y aceptable para el consumo humano. Las fuentes de abastecimientos de agua son los manantiales, lluvias, corrientes de ríos y arroyos, mantos subterráneos y depósitos como pantanos, lagos y lagunas. Cuando el vital líquido tiene su origen en el escurrimiento, filtración o un depósito subterráneo se emplean galerías filtrantes o pozos. Si es producto de la lluvia, se construyen aljibes, cisternas o chultunes como en la Península de Yucatán.
Para su captación, están las albercas, aljibes, pozos, pisos y pavimentos de patios adaptados a esta función, dotados de coladeras, rejillas, datas y compuertas. Diferenciándose si se requería modificar el curso (partidoras) o controlar la fuerza de la corriente desde el manantial (cajas de agua). Para transportar el agua de un sitio a otro, a veces es precioso elevarla, por lo que se edificaban norias y ruedas hidráulicas.
Para el almacenamiento, se puede hacer uso de las represas, azudas y jagüeyes, así como las cajas de agua y tanques elevados en los sistemas públicos. En los particulares y de almacenamiento provisional, se conocen los abrevaderos, piletas y tinajeros.
La conducción del agua representa uno de los mayores desafíos al implicarse grandes distancias y desniveles de terreno, empleándose los canales de navegación y los acueductos. La palabra acueducto proviene del latín "aquaeductus" (conducción de agua), formada por "aquae" (agua) y "ductus" que proviene del verbo ducere (conducir). Aunque existían precedentes en civilizaciones más antiguas, los ingenieros romanos, fueron los que pusieron a punto las técnicas necesarias para generalizar el empleo de acueductos.
Estrictamente hablando, el acueducto era un sistema o conjunto de sistemas que permitía transportar agua de forma continua; desde los manantiales naturales, hasta un punto de consumo distante (a veces más de a 50 km de distancia). La mayor parte del recorrido se hacía por canales, que se construían por las laderas de los montes, siguiendo la línea de pendiente deseada. Cada cierta distancia se establecían pequeños depósitos (arcas o cajas de agua) para poder regular el caudal o eliminar partículas que pudiera arrastrar el agua.
Cuando se debía salvar pequeños desniveles se usaban sifones invertidos, en los que el agua pasaba bajo el obstáculo y volvía a subir al nivel anterior. Sin embargo cuando el nivel era demasiado alto, el acueducto adoptaba la forma de arquería o puente, muy característica y a la que todo el mundo comúnmente llama acueducto, si bien eso es incorrecto, pues define solamente a una parte de la obra y no a su totalidad.
TIPOS DE ACUEDUCTOS
Existen tres grandes tipos de acueducto, que podían combinarse entre sí dependiendo de las necesidades de la población y exigencias del terreno:
-El acueducto DESCUBIERTO es el más conocido actualmente en Europa y América debido al uso de canales y extensa fila de arcos, como los de Segovia y Querétaro, a la vista del público y como atractivo turístico. Era el que necesitaba más previsión y más cálculos. Se usaba para salvar grandes obstáculos del terreno y distancias muy grandes difíciles de salvar para otros tipos de acueductos, que se combinaban a veces con el descubierto. También era frecuente puede hallarse en las grandes haciendas y ciudades para mover los ingenios y fábricas dotados de molinos y otros dispositivos funcionales por la fuerza hidráulica.
-El acueducto SEMI-ENTERRADO, el más utilizado, es también el menos costoso y el que menor mantenimiento necesitaba. La estructura quedaba a la vista pero protegida de los elementos furiosos de la naturaleza.
-El acueducto SUBTERRÁNEO, que se utilizaba mayoritariamente para usos agrícolas o para transportar agua potable a ciudades de terreno sin muchos accidentes geográficos. Como tenía muchas filtraciones, esto hacía que el agua se llenase de impurezas. Además, su mantenimiento era muy difícil ya que sólo se podía acceder por respiraderos, en los que el aire se viciaba muy fácilmente. Sin embargo, era mucho más económico que uno descubierto con su pesada obra de cantería.
Los 3 tipos se emplearon profusamente en el virreinato de la Nueva España (1535-1821), variando mucho el modelo empleado de acuerdo a las condiciones económicas existentes en la ciudad, villa o pueblo que lo necesitase. La actualización de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en marzo de 2015, arrojó el registro de 225 acueductos existentes en México, la mayoría de los cuales se hallan distribuidos en los estados de México, Puebla, Morelia, Querétaro, Nayarit, Guanajuato y Veracruz.
En esta última ciudad se hizo un acueducto subterráneo conocido por el pueblo como el Caño del Fraile por haberse diseñado y construido bajo la dirección del lego franciscano Fray Pedro Buzeta entre el 3 de febrero de 1723 y el 15 de abril de 1724. Con una longitud total de 3.76 kilómetros de cañería, fue diseñado para abastecer 6 fuentes púbicas de la ciudad amurallada de la Nueva Veracruz, mismas que comenzaron a fluir agua progresivamente entre el 25 de mayo de 1724 y el 3 de mayo de 1726.
La conducción se realizaba a través de una cañería doble y una sencilla, que se surtían en la laguna de Malibrán donde iniciaban con una tarjea y bajaban en pendiente hacia la ciudad, pasando por una cordillera de médanos de arena fina, que filtraban el agua de las lluvias y llenaban la tarjea mencionada. El conducto para transportar el líquido tenia bóveda de cañón corrido, compuesta por ladrillos de 28 x 14 x 5 centímetros, fabricados en los hornos de la zona, 1.67 metros de ancho y casi lo mismo de alto.
EL ACUEDUCTO DE PEROTE
A través de la magnífica obra titulada PEROTE AYER Y HOY publicada en 2004, del cronista e historiador peroteño Francisco Olano Flores, se conoce que en 1724 comenzó la introducción del agua potable al pueblo de San Miguel de Perote, independientemente del uso de los manantiales de agua cristalina en los alrededores, cuando don Manuel Patiño Girón construyó un sistema de canales de madera, llamados canoas, para conducir el agua a una fuente en reposo, de la cual podrían surtirse los pobladores. En 1781, las autoridades locales gestionaron ante el virrey don Martín de Mayorga Ferrer, para que los vecinos de la villa de Perote aportaran una cantidad de dinero destinada al mejoramiento del viejo sistema, que constantemente se caía interrumpiendo el servicio.
En los siguientes cuatro años, se ejecutó el proyecto trazado por don Francisco Bustillos, teniente de justicia de la fortaleza de San Carlos, terminada de construir y montada su artillería pocos años antes. Este consiste en encauzar el agua por un conducto cerrado -a salvo de la contaminación por excrementos animales y la actividad de lavar la ropa en las fuentes de agua potable, como sucedía en el arroyo Tenoya de Veracruz- y tras mucho estudio, se decidió que la comunidad aportara semanalmente 18 pesos y 4 reales para su construcción.
Presentado el proyecto por el sobreestante don José Girón, se aprobó con un presupuesto de 2.775 pesos y 2 reales. Se terminó entre 1783 y 1784, bajando el agua de los manantiales en el Cerro de la Muñeca hasta la barranca de San Antonio, donde se construyó un enorme depósito, pilancón o caja de agua, que dio nombre al paraje. Este punto aparece señalado en el PLANO DEL PUEBLO Y FUERTE DE PEROTE trazado en 1829, en papel calca manuscrito coloreado por el general del Cuerpo Nacional de Ingenieros, Ignacio Mora y Villamil (1792-1870).
En los años siguientes, se hizo llegar el agua a través de un conducto cerrado de mampostería de piedra juntada con mortero de cal, que seguía su trayectoria hacia Perote pasando por un arco y varias alcantarillas en forma de gruesos pilares para romper la presión excesiva del agua que descendía por gravedad y hacerle llegar mansamente a las fuentes públicas. Se complementaba con una caja repartidora que distribuía el agua hacia la fuente exterior de la fortaleza de San Carlos, el vecindario y décadas más tarde a la Estación del Ferrocarril construida en 1890.
Esta forma de conducir el agua, posibilitó habilitar hidrantes y fuentes públicas. Estas carecían de llaves para controlar la caída del agua, solo tenían el tubo surtidor. Cuando se colmaba la fuente, el agua corría escurría por un pequeño canal que tenía el brocal, llegaba a la mitad de la calle y por ahí corría, completando un circuito cerrado. La gente que se veía obligada a surtirse en estas fuentes públicas, ante la carencia del agua potable que llegara directamente a sus hogares, les asignó diversos nombres populares: Las Conchitas, El Pilancón, La Escondida, El Calvario, San Miguel, etc.
También, mediante un fondo pío, se consiguió la construcción de lavaderos públicos en 1869 (como los de Veracruz en la Plazuela de Loreto), donde termina la calle José María Pino Suárez. Se inauguraron en 1870 y funcionaron con el nombre de El Paraíso hasta su desaparición en 1956, al introducirse el agua potable en todos los domicilios de la zona. Estaban dotados de largos techos a dos aguas de tejamanil.
Referente al acueducto del siglo XVIII, se trataba claramente del tipo cerrado complementado con algún arco y alcantarillas para regular la presión del agua en pendiente, no era un acueducto abierto con abundante arquería y el líquido corriendo por un canal al aire.
Cabe señalar que las autoridades, desde el siglo XVIII, tomaron en cuenta el factor del tipo de suelo sobre el que se asienta Perote, que es lo que hoy se conoce como Regosol, palabra que deriva del vocablo griego "rhegos" que significa sábana, haciendo alusión al manto de alteración que cubre la tierra. Los regosoles se desarrollan sobre materiales no consolidados, alterados y de textura fina. Aparecen en cualquier zona climática sin permafrost (capa de hielo permanente en los niveles superficiales del suelo de las regiones muy frías o periglaciares) y a cualquier altitud. Son muy comunes en zonas áridas, en los trópicos secos y en las regiones montañosas.
Las lluvias y vientos que bajan de las cordilleras volcánicas del Pico de Orizaba y Cofre de Perote hacia la extensa llanura tras bajar por la cuesta de Cruz Blanca, arrastran fuerte cantidad de polvo y arena fina del terreno semidesértico, que además está cubierto por la costra de los derrames volcánicos de hace cientos de años, conocida como Mal País. En estas condiciones, el agua expuesta suele contaminarse fácilmente y endurecerse conforme descienden las temperaturas a bajo cero.
Otro factor importante, era el número de habitantes de la villa de Perote, una vez pasado el boom de pobladores adicionales por la construcción de la masiva fortaleza de San Carlos (1770-1777) y los arreglos del camino real hechos por el Consulado de Veracruz (1803-1812).
En 1874, el geógrafo Antonio García Cubas estimaba que Perote apenas tenia menos de 1 000 habitantes, tras un auge de casi 4 000 en las décadas anteriores. Comparativamente, hacia 1810, la ciudad de Veracruz albergaba un máximo de 16 000 habitantes entre población residente y flotante. La villa de Xalapa, alojaba aproximadamente 11 000 almas, que se fueron incrementando conforme acogió un gran número de refugiados y la llegada de regimientos españoles durante la Guerra de Independencia (1810-1821). El Censo de Poblaciones de 1882, señala que en ese año apenas había 2 543 habitantes en la cabecera municipal de Perote, perteneciente al Cantón de Jalacingo y el Informe de los Gobernadores en 1885, indican una diferencia mínima de 2 511.
Con una población tan escasa, no superior a 5.000 habitantes, que vivía del comercio, agricultura y atención a los viajeros del camino real Veracruz-México, Perote no tuvo la economía municipal suficiente para sufragar una gran obra para conducir el agua potable a través de grandes arcos de mampostería y que por su exposición a la arena, requeriría grandes gastos en el mantenimiento y limpieza constantes. Aparte, la pequeña área geográfica de Perote y su reducida importancia política en el juego de intereses nacionales -con la fortaleza de San Carlos en progresivo y decadente estado durante el siglo XIX- no justificaba un desembolso para una obra tan grande en una llanura donde los accidentes geográficos están presentes pero no son imponentes.
Tal como sucediera en el caso de Veracruz con el Caño del Fraile, la mejor solución era una obra lo más económica posible que abasteciera a la población con un gasto reducido de mantenimiento y limpieza, a salvo de las arenas arrastradas de los médanos y el suelo regosol: un acueducto subterráneo con alcantarillas y registros.
Eso explica también la ausencia de noticias de los viajeros que remontaron el camino hacia el altiplano en los siglos XVIII y XIX y no señalaron la existencia de una gran obra de arquería para sostener un acueducto descubierto, que por la pequeñez de la villa llamaría enseguida la atención, además de la fortaleza de San Carlos, que todos mencionan como lo más relevante de Perote, además de sus mesones y clima frío seco, ideal para conservar la pólvora. La economía de Perote se vería incrementada, aunque muy desigualmente para sus habitantes, durante el periodo dorado de las haciendas de San José de los Molinos y Tenextepec en las sucesivas presidencias del general Porfirio Díaz entre 1876 y 1911.
El ACUEDUCTO EN LA ACTUALIDAD
En 2021 la magnífica obra ronda la antigüedad de 238 años y desde hace muchas décadas fue abandonado su uso. Funcionó hasta 1940, pues a solicitud de los habitantes de Perote el gobierno federal envió una brigada de ingenieros, con la finalidad de proyectar un nuevo sistema de agua potable. En octubre de 1943, el ingeniero Ignacio M. Cevallos inicia la construcción del nuevo sistema consistente en tubería de hierro fundido de 4 pulgadas, cajas de concreto y tanque de regularización con capacidad para 150 metros cúbicos totalmente protegido del exterior, para hacer funcionar una red de distribución de 6 a 2 pulgadas de diámetro. Así, se instalaron tomas individuales en 444 domicilios a un costo de 50 pesos cada una, pudieron pagar algunos el alto costo, a razón en fracciones de 12.50 pesos mensuales.
Todo esto fue posible gracias a un convenio entre los gobiernos de México y Estados Unidos. Frente al Ayuntamiento se erigió un obelisco portando una placa de bronce conmemorando la inauguración del nuevo sistema de agua potable en 1945, siendo alcalde de Perote el señor Andrés Ortega Sánchez. En 1940, fue instalado un drenaje a poca profundidad en el barrio del Calvario: se escarbaron piedras y se hizo una zanja, dotada de un caño a base de ladrillos y mezcla, evitando que el agua sucia saliera de las casas a la calle.
El primer drenaje de Perote fue instalado por don Jesús Taboada, para dar salida a las aguas negras de su negocio Los Baños Neptuno, ubicado en la calle de Madero desde su apertura en 1920. En 1948 entra en funcionamiento la red de expulsión de aguas negras en el resto de la ciudad, con una longitud de casi 8.000 metros.
No obstante el acelerado crecimiento urbano que experimentó Perote desde esa época, hasta alcanzar una población de 37 516 habitantes según el censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el año 2010, y que ha desembocado a veces en la demolición de sus edificios y obras construidos antes del siglo XX, todavía es posible encontrar numerosos vestigios del acueducto edificado en la década de 1780.
EXPLORACIÓN Y RECORRIDO
El día 7 de agosto de 2021, el autor de esta publicación fue acompañado por su colega comunicóloga Jaquelin Flores Cortés, peroteña de origen y guía de la fortaleza de San Carlos, para recorrer la ciudad localizando los vestigios del antiguo acueducto y elaborar no solo un detallado registro fotográfico sino un mapa con coordenadas geográficas mediante el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) permitiera trazar la dirección probable que seguía la obra enterrada desde el Parque recreativo Caja de Agua Perote hasta la pila exterior de la fortaleza.
Trabajando entre las 9:46 AM y 2:28 PM, iniciaron en el Centro Histórico de Perote aledaño a la parroquia de San Miguel Arcángel y terminaron en el Centro Recreativo ya mencionado.
Combinando el registro fotográfico y las coordenadas GPS se puede describir el recorrido del acueducto desde la altitud mayor hasta la menor, sintetizándolo en 14 sitios bien definidos a lo largo de 4 100 metros y en el orden que indican las imágenes en el mosaico que acompaña a esta publicación:
1. El primer depósito para regular el caudal de agua y permitir que llegue fresca y mansa a las fuentes públicas, se localiza junto a la calzada del Parque recreativo Caja de Agua a una altitud de 2508 metros sobre el nivel del mar (msnm), tiene un sencillo estilo neoclásico y tiene grabado en una de sus paredes la fecha de 1789. A partir de este punto es sencillo seguir la línea del acueducto, que si bien está semi destruida, también está elevada sobre el nivel del suelo. Se nota enseguida que la altitud va descendiendo excepto en una pequeña barranca.
2. A 213 metros al oeste, se localiza un segundo depósito de estructura similar, a una altitud de 2493 msnm. Este y el anterior se hallan en buen estado de conservación. El acueducto prosigue mostrando sus restos a nivel del suelo o sepultados en forma irregular.
3. Avanzando 486 metros hacia una curva con dirección noroeste, se llega a una sección semi destruida del acueducto a 2 458 msnm. Sobre una sólida base de 1.40 metros de alto, se asienta el canal de 25 centímetros de ancho, perteneciendo 9 de ellos al espacio central para que descendiese el agua. Los vestigios revelan claramente que el líquido viajaba protegido por una cubierta de 33 centímetros de altura.
4. Después de caminar 243 metros hacia el noroeste, siguiendo los restos visibles en el suelo del bosque cercano a la calzada, el terreno desciende en una pequeña barranca a 2450 msnm, donde está la parte más vistosa el acueducto en Caja de Agua: el canal atraviesa este accidente geográfico sostenido por un estrecho y único arco de medio punto rebajado, construido en mampostería de piedra y ladrillos. En el recorrido del canal no se localizaron más arcos, por lo que se descarta que el acueducto haya sido elevado y de arquería como las monumentales obras que se ven en haciendas como la de Lucas Martín en Xalapa o en las poblaciones del centro de México.
5. Después el canal queda enterrado y continúa hacia el norte siguiendo paralelo a un camino que se dirige hacia Perote. A 124 metros adelante y a una altitud de 2453, se localiza un aljibe rectangular de material moderno construido en un desnivel del terreno. Esta obra parece haber sido levantada para aprovechar el paso del acueducto, quizá reemplazando también un depósito de mampostería del siglo XVIII que se hubiese dañado demasiado.
6. Siguiendo cuesta abajo, a 248 metros y 2 442 msnm girando al noroeste, se llega a otro depósito de agua localizable a 42 metros a la izquierda del camino. Posee una arquitectura neoclásica pero más rústica que la de los dos depósitos en Caja de Agua y actualmente el cuerpo está casi oculto por una espesa vegetación.
7. Avanzando 214 metros al noroeste, se ubica otro depósito de arquitectura similar, a 2 433 msnm. Este y el anterior se localizan en terrenos muy poco urbanizados.
8. Transitando 120 metros al oeste sobre terreno casi nivelado y ya en zona urbana de cuadras bien trazadas, se llega a la primera alcantarilla o respiradero a 2 428 msnm, cuya forma de pilón hueco de mampostería de piedra, sirve para oxigenar y cargar con la presión atmosférica al acueducto y mantener el régimen de flujo líquido uniforme.
9. Continuando al noroeste, a 345 metros de distancia, está edificada otra alcantarilla similar y ligeramente más alta que la anterior, a 2 424 msnm.
10. La dirección del acueducto gira hacia el suroeste, arribando después de 174 metros de camino y a 2426 msnm, a la alcantarilla mayor. El pilón se encuentra bien conservado.
Fue documentado el 13 de diciembre de 2015 durante un recorrido con 21 personas encabezadas por el autor de esta publicación y guiado por la comunicóloga Jaquelin Flores Cortés y el arqueólogo Emmanuel Gleshmann Merino, guías de la fortaleza de San Carlos. La alcantarilla tiene una altura total de 5.63 metros y se halla elevada 60 centímetros por encima del pavimento. La base cónica está reforzada por 4 contrafuertes triangulares que miden entre 94 centímetros y 1.02 metros de alto, 94-97 centímetros de ancho y 1.43 metros de espesor en su parte más ancha. La parte cónica posee 6.74 metros de diámetro y a nivel del suelo posee 4 aberturas de ventilación entre cada contrafuerte. El pilar tiene una altura de 3.57 metros, midiendo sus caras cuadradas de 1 a 1.06 metros, con un remate cuadrado de 1 metro de lado en la parte superior. Su interior es hueco, con 2 metros de profundidad, descartando que sirviera como pilastra de soporte para un arco o un canal, de los que no hay ningún vestigio en la estructura. Está situada en el extremo del antiguo rancho San José Ocopila (actualmente en la esquina de las calles Barranca de Ocopila y Río Blanco).
En una de sus caras, fue colocada una placa en 1993, que dice:
"ESTE ES EL ÚLTIMO VESTIGIO DEL ACUEDUCTO QUE CONDUCÍA EL AGUA DE LA MONTAÑA A PEROTE. H. AYUNTAMIENTO 1992-1994. PEROTE VER. 20 DE JUNIO DE 1994".
A partir de este punto, el acueducto prosigue bajo tierra hacia diversas alcantarillas menores en las calles y que no estaban llenas de agua sino que contenían los tubos de distribución:
-Una estaba en la fuente del Calvario.
-Otra en los lavaderos El Paraíso.
-También en la calle de 5 de mayo.
-De la anterior partía el conducto para la fuente redonda de los lavaderos Verdes en la calle de Madero.
-También una en la calle de Madero, donde ahora está un expendio de semillas.
-Igualmente en Madero cerca de la tienda del ISSTE.
-Otra estaba en la calle Morelos casi frente al Hospital Civil, que fue tapada por el nuevo dueño de la casa y el H. Ayuntamiento del trienio 1993-1995 le colocó una placa conmemorativa.
-Una existía en la calle de Aldama junto a la fuente La Conchita.
11. Prosiguiendo hacia esas ramificaciones, a 182 metros al suroeste, se llega al pilancón próximo a la iglesia del Calvario, situado a 2 425 msnm.
12. Girando casi hacia el norte, a 134 metros del pilancón y 2 423 msnm se localiza el Parque infantil Pinahuizapan, donde estuvieron los lavaderos públicos El Paraíso, otro pilancón y desagües que eran abastecidos por el acueducto y que desaparecieron en 1956 con la introducción del agua domiciliaria. Estos ya no existen pero se les recuerda por un obelisco de piedra que ostenta una placa que dice:
"EN ESTE LUGAR ESTUVIERON LOS LAVADEROS PÚBLICOS. AYUNTAMIENTO 1992-1994".
13. Después de 151 metros al noroeste y a 2422 msnm, se llega a la esquina de Belisario Domínguez y Pino Suárez, donde existió otra alcantarilla que surtía varios depósitos y que se recuerda por su placa conmemorativa aun visible, pegada a la parroquia de San Miguel Arcángel, cuyo texto indica lo siguiente:
"PEROTE. ALCANTARILLA PRINCIPAL, DEL MONTE LLEGABA EL AGUA A ESTA ALCANTARILLA PARA SURTIR LAS DEMÁS ALCANTARILLAS Y FUENTES PÚBLICAS DE LA VILLA DE PEROTE. AHORA CIUDAD DESDE 1973. H. AYUNTAMIENTO 1995-1997. PEROTE, VER. 20 DE JUNIO DE 1996".
14. Finalmente, a 1396 metros al norte se localiza la pila exterior de la fortaleza de San Carlos a 2406 msnm en la pared de su foso defensivo, al costado del baluarte de San Carlos y del puente de mampostería. El general de división Miguel Ángel Sánchez Lamego en su libro EL CASTILLO DE PEROTE publicado en 1971, describe esta estructura:
"Puede descenderse del Camino Cubierto al fondo del foso, por medio de unas escalerillas angostas que se encuentran adosadas a la contraescarpa establecida en la parte central de cada frente, excepto en el frente sureste, donde a un lado del puente de entrada, existe una rampa de anchura y pendiente convenientes que desemboca en el fondo del foso, directamente a una pila que debía servir como abrevadero para el ganado. En la pila, se nota el buen gusto del Ingeniero constructor pues el agua cae arrojada por una cabeza de león tallada en piedra. Aún cuando la acción destructora del tiempo se marca notablemente en esta cabeza, pueden aún admirarse perfectamente los rasgos y por lo tanto, el gusto del cantero que la ejecutó".
* El autor es originario de la ciudad de Veracruz, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Veracruzana y técnico en informática por CENESCO. Investigador independiente en historia, antiguas vías de comunicación y campos de batalla desde 2009. Ha sido profesor del área de Humanidades, historia, antropología, fotografía, diseño grafico e informática en colegios y la Universidad Empresarial en Veracruz, Boca del Río y Soledad de Doblado. Se especializa en historia universal y militar, el periodo de la conquista de los siglos XV y XVI, las guerras de los siglos VIII al XIX en Europa y América, así como en heráldica, numismática, armamento y artillería antiguos. También es conferencista de nivel estatal, diplomado en historia del arte prehispánico, colonial y mexicano, paleografía colonial, historia de Veracruz y Boca del Río, administración pública, gestión social, grabación de escenas, etc. Desde 2019 es miembro del grupo ciudadano TOLOME UNIDO a cargo de asuntos históricos, coordinador estatal de cultura para el Estado de Veracruz para la Promotora Nacional de Economía Solidaria (PRONAES), director de Investigación, Análisis y Proyección Históricas para el Proyecto Ruta de Cortés perteneciente al Proyecto México del Consorcio Constructor de Empresas Mexicanas (CCEM) y fundador-director del equipo de Exploración y Estudio del Camino Real Veracruz-México (EXESCR). También se desempeña como explorador, guía-senderista, asesor en recorridos históricos y organizador de expediciones documentales en el Camino Real de México a Veracruz y la Ruta de Cortés. Participa en diversos proyectos de preservación del patrimonio y rescate de memoria histórica. Ha sido galardonado dos veces con la medalla y el diploma de honor de la Institución de la Superación Ciudadana del H. Ayuntamiento de Veracruz y declarado "Hijo Adoptivo del Pueblo de Tolome", entre muchos otros reconocimientos y honores a su actividad profesional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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